lunes, 23 de junio de 2014

LA FAMILIA QUE SE FUE A LA RUINA (por MARÍA DUBON)


 Ya no estoy entre vosotros, la última novela de Ramón Acín, publicada por Mira Editores, es una galería de retratos, de piezas desordenadas de un puzle que la memoria irá encajando hasta componer el paisaje de la familia Alba.
La abuela del protagonista, y matriarca de los Alba, ha fallecido y su muerte convoca a familiares y allegados en un velatorio que servirá de excusa para revisar el pasado de la estirpe. Ramón, el nieto preferido de la finada, ha llegado con el tiempo justo para despedirse de la centenaria anciana, de esa abuela glamurosa y severa, afectuosa y dura, contradictoria, que repartía cariño y miedo en estudiadas dosis. La muerte permite a Ramón ver a su abuela con ojos nuevos, los de un hombre adulto que contempla la figura engrandecida por la infancia en su dimensión real. Porque la abuela, líder incontestable de la familia Alba, tenía el alma llena de heridas y cicatrices, tal vez por eso blindó con hierro su corazón, se volvió despótica y cruel y organizó vidas ajenas a su antojo, lanzando sentencias inapelables que establecerían rumbos y determinarían destinos.
La abuela muerta, su cuerpo pequeño y seco, encajado en un ataúd, es la confirmación de un final que se anuncia en el deterioro de la vieja casona, amenazada de ruina inminente, y en esa familia dispersa, al fin libre de la opresión que ejerció la anciana, aunque marcada para siempre por las secuelas de palabras y decretos antojadizos.
Los reencuentros entre parientes sirven para evocar el pasado y reescribir un presente que no es sino la consecuencia de mentiras, verdades, ocultaciones y realidades adaptadas para que resulten más llevaderas, para que no se conviertan en un lastre oneroso en la conciencia. A través de recuerdos y conversaciones conocemos a los miembros de la familia y sabemos de la vida de Ramón, condicionado desde niño por la dominante presencia de su abuela, influido por sus decisiones, trastocado por un acontecimiento dramático que ha anegado su existencia con una tristeza que le devora las entrañas.
Ramón revive su pasado en la casona de los Alba, cuando la alcurnia de sus moradores los colocaba a una altura orgullosa y distante, muy alejada de los demás habitantes de aquella pequeña ciudad de provincias en la que reinaron en tiempos pretéritos. Los juegos infantiles con los primos, los secretos que toda familia guarda y que casi siempre afloran para que el tiempo cumpla su cometido y coloque cada cosa en su sitio, los oropeles y las miserias de los Alba, se desgranan en los capítulos de Ya no estoy entre vosotros, aderezados con unas imprescindibles notas a pie de página, en las que el editor o el autor centran la historia.
Ramón Acín narra con agilidad y maestría las interioridades de una familia que se derrumba con la muerte de la abuela. Su prosa nos lleva por escenarios íntimos, por los recovecos de unos personajes descritos con brillantez. No puedo pasar por alto al reseñar la obra la magistral descripción que el autor hace sobre la literatura, un perfecto esbozo que esclarece cualquier teoría, aportando un conocimiento profundo y certero sobre el oficio de escribir y que concluye con una reflexión filosófica acerca de la vida.
La literatura y la vida, también la omnipresencia de la muerte, se dejan sentir en las páginas de Ya no estoy entre vosotros. “Todo a la mierda” es una frase lapidaria que encierra el sentido de esta farsa que llamamos vida. Ramón Acín lo ha descubierto y deja ahí sus conclusiones, para quien las quiera adoptar.
(Publicada en ARTES y LETRAS. Herado de Aragón. 17 de Junio 2014)