martes, 22 de noviembre de 2016

Reseña de TERROR EN LA CARTUJA (revista Peonza, 81)

Autor: Ramón Acín
Editorial: Edelvives. Zaragoza, 2006. 7,1 € 

Para quienes todavía no le conozcan, Ramón Acín es un incansable agitador cultural, como profesor, como conferenciante, como crítico literario y como principal impulsor del programa "Invitación a la lectura" en el que están inmersos numerosos institutos dependientes de la Consejería de Aragón.
  


En la obra que ahora comentamos, la historia arranca con un misterio inquietante desde la primera página. El lugar donde se desarrolla la acción se presta a todo tipo de leyendas, rumores y conjeturas al ser un espacio cargado de historia; en él se celebraron Cortes Generales del Antiguo Reino de Aragón, se coronaron reyes, fue sede del Tribunal de la Inquisición, se torturó a los partidarios de Antonio Pérez, fue lugar de reunión de los primeros carlistas y los más mayores hablaban de oscuras historias ocurridas allí durante la guerra civil. 

Con esta mezcla entre leyenda e historia, imaginación y realidad el lector va avanzando en la historia impregnándose de ese ambiente misterioso como si de un joven Indiana Jones se tratara. 
El desenlace resuelve las intrigas planteadas al principio, pero abre otros misterios más oscuros e inquietantes. (PM) Publicado en Peonza nº 81

lunes, 24 de octubre de 2016

Reseña de "ABRIR LA PUERTA" (blog "diariodemimochila"

El blog de diariodemimochila.over-blog.es

30 agosto 2013
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Ramón Acín es de Piedrafita de Jaca, Huesca, y catedrático de Lengua y Literatura. Con estos antecedentes se le presuponen dos cosas, humor afilado como buen maño y conocimiento del instrumento que usa, la lengua castellana. De ambas cosas doy fe tras haber leído su recopilación de relatos "Abrir la puerta" que ha publicado con Ediciones Traspiés. No podemos hablar de un recién llegado a la narrativa, bien lo saben los de esta tierra. Acín lo ha transitado todo, desde los libros de relatos (este es el sexto, si no voy errado), la novela (cuatro) o el ensayo (cinco). Además se ha metido en el mundo editorial y en el de la promoción de ese insigne y necesario vicio llamado lectura. Por tanto, es uno de los nuestros, frase peliculera que nació en el alto mundo político anglosajón.
Resulta interesante leer a Ramon Acín. Alguien le llamó "agitador cultural", con todas las beneméritas connotaciones del título. Y hay algo de esa dinámica desafiante que los de antes llamaban "èpater le bourgois" en muchas estampas de su libro, como en "Cioconda, la Radiante", un retrato goyesco de una "reina del Paralelo" barcelonés, o el de "El santo bebedor" un retrato a lo Bowle de un tipo estrafalario, escritor, sablista, eremita forzado, un tipo que "llevó siempre vida de fugitivo (de la justicia...pero también de sí mismo" (pag.64).
Acín logra interesarnos por su indudable voluntad de romper el género y nos ofrece una contundente mezcla de imaginación, realidad documental (sea cierta o no), esperpento y una cierta erudición. En "Héroes 'inmolados' " juega con la historia y nos habla de un suicida en la plaza Venezuela de Caracas, vinculado tras una vida azarosa con los refugiados republicanos de la guerra civil española. Con "Lobo solitario" da una nueva vuelta de tuerca y nos habla del fanático obsesionado con Greta Garbo, para volver en "Del entierro de Estanis, el abacero" a nuestra guerra incivil, con una historia buñuelesca sobre el almadiero segado por una bala perdida al final de la batalla del Ebro. Y la historia la trufa con una deliciosa lista de hierbas con las que  el cadáver insepulto pero enferetrado de Estanis desemboca en el Mediterráneo para una singladura sin fin (los hermanos Cohen harían una buena película con este guión).
Con "Make-up, make-up, make-up" Acín ya roza la broma surrealista y nos relata la historia de un político peculiar que entre sus aficiones pregona la  de "experto en ácaros e insectos propios de la fauna de las tumbas" (pag.50). En "Amores locos" nos habla de un amor con mal final desde el punto de vista del tercero en discordia, donde Acín nos deja testimonio de un cierto lirismo dentro del estilo rimbombante, y guasón en el fondo, que el escritor practica con sorna pero sin mala leche.
En otros relatos del pequeño pero jugoso libro juega con el tremendismo como la historia de un don Juan peculiar "enano contrahecho y con una verga descomunal" pag.85, o con un humor irónico y burlón vestido de articulo periodístico en "Un espacio llamado El Ocaso" o el juego literario de "Y al final, como todos, él dijo GUAU", en el que el humor guarda su sorpresa al terminar de leer.
El libro de Acín me recuerda esas muñecas rusas de diferentes tamaños que se contienen unas a otras. En estos relatos el lector se presta con agrado al juego del narrador, el comienzo nos extravía, el desarrollo nos confunde y al final todo cobra un sentido. Y en cada uno de los relatos se contiene algo de lo anterior. Y ese algo es  ese humor que nace con una sonrisa, no busca la carcajada y deja una sensación de divertida extrañeza. Vamos, humor aragonés con sus goticas de retranca gallega y formulación austera castellana. Y, por encima de todo, la evidencia de que Ramón Acín ha escrito exactamente lo que le venía en gana. Pero como nos divierte, pues miel sobre hojuelas.

FICHA
ABRIR LA PUERTA.- Ramón Acín.- ED. Traspiés.  122 págs. 

miércoles, 27 de abril de 2016

MONTE OSCURO, por María DUBÓ

27 de abril de 2016


Monte Oscuro

La Familia es un volcán sin cráter, una cueva sin
salida, una noche sin luna, una madeja sin hilo 
de Ariadna, un bosque sin migas de pan.



La falda del Monte Oscuro es el lugar donde transcurren 
los hechos. La Casa es la guarida habitada por una 
amilia de alimañas, de individuos llenos de aristas que 
hieren, lastrados por un pasado turbio que aflora para 
lavarse del polvo de los años e impregnarse de realidad. 
Cada familia tiene sus ovejas negras, sus secretos, 
un pasado que alarga su sombra sobre la estirpe de 
descendientes.

Ramón Acín ha compuesto una historia hecha de 
pasajes breves y contundentes donde las sombras, 
las piedras, los fantasmas, lo oscuro, las miradas, 
el temor y los sueños aportan matices al argumento,
que desde los detalles se construye ante los 
ojos admirados del lector. Leer Monte Oscuro 
obliga a juntar piezas, a atar cabos, a salpicarse 
de crudeza. La familia obliga a forzados vínculos 
de sangre establecidos por la lotería de la vida. 
Nadie la escoge. Todos la sufrimos. 
El abuelo, los tíos, los primos, los concuñados, 
los padres… quedan al descubierto, 
desnudos ante el espectador, desenmascarados 
y descuajeringados por la pericia narrativa de Acín.

Los rasguños que provoca la convivencia familiar 
hieren las entrañas. Recrearlos ayuda a sobrevivir, 
aunque sea plagado de cicatrices. Ha de pasar el 
tiempo para descubrir que el lustre del linaje es 
mera quincalla, que la grandeza empequeñece 
con los años y que la realidad fue una quimera 
de cartón piedra que se admitió como verdad.

Título: Monte Oscuro. Álbum de familia
Autor: Ramón Acín
Editorial: Los libros del gato negro
Páginas: 127

viernes, 15 de enero de 2016

SIEMPRE QUEDARÁ PARÍS

Lectura sociolingüística de dos novelas para el tiempo abatido: La sierra en llamas y Siempre quedará París

Antonio Daniel Fuentes González






Revistaalabe.com/index/alabe/article/view/262/193


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