El tamaño del mundo (*) por María Dubón
El tamaño del mundo, novela de Ramón Acín, es una historia de guerras, una historia de
vidas, de vidas en la guerra, de guerras que invaden las vidas de las
personas y las anegan de dolor y sufrimiento.
Julián es un niño al
que su tío Pedro, superviviente de la guerra de Cuba, instruye en el
pacifismo: «Las guerras solo las padecen de verdad los pobres, sean
soldados o civiles, porque para los jefes militares el hecho de
planearlas es un juego y para los políticos que las conciben con
anterioridad, una mina para sus fortunas». Julián, nacido en Monte
Oscuro, entre montañas y gente endurecida por una realidad difícil,
se forjó un carácter independiente y fuerte; amante de la justicia,
la dignidad y el trabajo, pretendió encontrar «el lugar en el
mundo» que le aconsejaba su tío, pero un destino inflexible tejía
planes para todos los que vivieron aquellos años difíciles y
crispados en una España que se desmoronaba. El horizonte se tornó
negro e incierto.

En Europa, la revolución
rusa propuso un amanecer solidario, sin embargo, la Gran Guerra
quebraría la ilusión por un futuro fraterno. En España vinieron
las huelgas reivindicativas, las conspiraciones de los republicanos,
los pistoleros de uno y otro bando, los movimientos en el ala
liberal del ejército, la agitación social, unos gobiernos
vacilantes… Y Julián, que había cumplido su aspiración infantil
de entrar a formar parte del Cuerpo de Carabineros, tuvo que
participar en la contienda que rompió el país. Intentó poner a
salvo a su único hijo varón enviándolo a Argentina, intentó hacer
lo que su sentido del deber le ordenaba, y comprobó que las
advertencias del tío Pedro se volvían ciertas. La guerra, culpable
de la desmembración familiar, causará estragos. El destino se
vuelve ingobernable y a su merced solo persiste el empeño de seguir
viviendo, aunque sea con desaliento y sin fuerzas. Porque Julián
está herido por la soledad y la tristeza, su esposa muere y la
familia se desgaja. Las armas han impuesto su ley y la sinrazón
rige, provocándole un odio profundo a la guerra y a todo cuanto
conlleva.
En El tamaño del
mundo, Ramón Acín nos invita a reflexionar con asertos
cargados de enjundia, presenta a personajes reales como Ángel García
Hernández, Francisco Ascaso, Ramón Acín Aquilué y Ramón J.
Sender, pues la ficción y la realidad entretejen la trama de una
novela vital y emocionada, donde prima el vivir con los demás y en
los demás, en una solidaridad imprescindible, la que ayuda a
resistir en una tierra adversa como el Sobrarbe.
(*)
Artes y Letras (Heraldo de Aragón, 30-III-2017)